El 70% del GLP que consume el mercado mexicano llega de manera mayoritaria desde las refinadoras de los Estados Unidos, y algo de Canadá. El transporte que utiliza principalmente es el barco y el tren, mientras que los mayores importadores son las empresas envasadoras privadas, que concentran el 60% de las compras.
El 2020 las importaciones de gas LP por parte de privados y Pemex tocaron también un pico histórico de 671,910 toneladas métricas en el mes de agosto. Los mayores importadores son las siete envasadoras que manejan y abastecen el 60% del mercado mexicano, que es el quinto consumidor mundial.
En 2016 la demanda de GLP era abastecida por la producción propia (principalmente de PEMEX) en un 50%, mientras que lo restante era importado. Con la apertura económica de este segmento del negocio desde ese año, hizo que la importación hoy alcance el 70% del producto abastecido, según datos IHS Market, la consultora especializada en temas energéticos. Hace quince años atrás, la proporción era al revés: el 70% lo aportaba Pemex, y el 30% era importado.
Lo que queda en claro es que las importaciones de GLP desde los Estados Unidos se duplicaron en los últimos diez, de acuerdo con cifras de la Agencia de Información Energética de Estados Unidos (AIE). Ese crecimiento se dio por lo siguiente: en “la nueva era de desregulación en México coincidió con la producción record de Estados Unidos de petróleo crudo y de líquidos del gas natural, y el surgimiento de los gases licuados de petróleo (GLP) –particularmente propano– ha hecho de la Unión Americana un enorme exportador neto del combustible”, precisó el portal RBN Energy LLC en análisis sobre las exportaciones de EE.UU.
Para entender el crecimiento de la importación, hay que aclarar que desde 2016, con la desregulación que aplicó el Gobierno de entonces, se le quitó el monopolio de la importación a Pemex, por ende las propias envasadoras privadas comenzaron a negociar y comprar a proveedores estadounidenses. De esa forma la dinámica del negocio se modificó siendo los actores privados los que marcan el pulso del negocio.
El transporte
A falta de infraestructura en poliductos –que es la forma más barata de mover el combustible–, la importación de GLP se hace en un 52%, através de buques cisternas, según datos del 2019 del gobierno mexicano. Se debe recordar que hay gaseras mexicanas que tienen sus propios barcos, como es el caso de Tomza.
En segundo lugar, la importación de GLP se moviliza a través de camiones tanques (pipas), que alcanza el 21% del producto importado. Con los años, también crecieron los envíos en tren que alcanza el 18% del total importado. El 9% restante sólo se hace a través de ductos.