La población se estoqueó de producto y generó faltantes momentáneos en algunas zonas.
El efecto del coronavirus y la cuarentena que se aplican en los distintos Estados de Brasil, hizo que creciera la demanda de gas de cocina, como se lo conoce al GLP envasado, lo cual provocó faltantes en algunas zonas. La situación hoy está remediada, a partir de mayores compras de producto desde la Argentina.
La situación que vivió Brasil también la padecieron otros países del continente, que al momento del dictado de las cuarentenas obligatorias, una parte importante de la población se sobre estoqueó en comestibles como así también con las garrafas.
En este sentido, un comunicado de la empresa envasadora brasileña Ultragaz puso en foco a la situación: “el aislamiento social ha causado un cambio en el comportamiento en los consumidores para almacenar gas, comprando un segundo contenedor de reserva”. Algo similar señaló el Sindicato Nacional de Empresas Distribuidoras de Gas Licuado de Petróleo (Sindigás), al sostener que el público adelantó consumo y por lo tanto se produjeron baches en la distribución.
Según datos de la Sindigas, ya hubo dos cargamentos de GLP que provinieron desde la Argentina y que se llegaron hasta el Puerto de Santos, y donde fue envasado en la planta de Mauá, que tiene la firma Petrobras. La cantidad de gas importado de Argentina fue suficiente para llenar 1,6 millones de garrafas.
La rapidez de compra por parte de la petrolera pública fue resaltada por el presidente de la Sindigas, Sergio Bandeira de Mello, lo que provocó el normal abastecimiento.