Los coches que usan gas licuado del petróleo son híbridos, tienen etiqueta ECO y reducen hasta en un 50% el gasto en combustible.

El gas licuado de petróleo (GLP o Autogas) es un combustible que ofrece una gran ventaja económica frente a los tradicionales. También en tiempos de crisis energética, cuesta la mitad que la gasolina y el gasóleo de automoción. Por eso el GLP cobra ahora interés como una alternativa energética.

Algunas marcas de coches ofrecen en sus gamas versiones que ya están adaptadas para funcionar indistintamente con gasolina o GLP. Es el caso de Renault, Dacia, Hyundai, Fiat, Ford, Jeep, SsangYong o Subaru, que disponen entre sus modelos mecánicas de este tipo. Y no solo ahorran en combustible: como son híbridas, obtienen la etiqueta ECO de la DGT.

Los coches bifuel, por otra parte, disponen de una autonomía superior. Al sumar dos depósitos de combustible, gasolina y autogás, superan en algunos casos los 1.000 kilómetros sin repostar.

Además no se trata de una tecnología costosa y permite adaptarla a vehículos usados de una forma sencilla y asequible. Eso sí, la normativa vigente no permite hacerlo en todos los casos. Conviene informarse antes de decidirse a realizar la transformación.

Qué coches se pueden transformar a GLP
Los vehículos susceptibles de realizar esta adaptación a GLP son principalmente los de gasolina. En los diésel por lo general se desaconseja, ya que resulta más complejo y costoso.

En el caso de los motores de gasolina tampoco todos son aptos. Quedan excluidos los más potentes y solo se podrán convertir a GLP los que cumplan la certificación de emisiones Euro 3. O, lo que es lo mismo, los vehículos matriculados desde 2001. Y por supuesto, habrá que asegurarse de que estén en buen estado general para no perder el dinero invertido en la transformación por culpa de posteriores averías.

El precio de la conversión
En cuanto al precio, el coste de convertir un coche de gasolina para que funcione también con GLP puede oscilar entre los 1.000 y los 2.000 euros, según el modelo y la cilindrada. Una vez hecha la transformación (siempre en un taller cualificado), habrá que pasar una inspección especial en la ITV. Allí se comprobará la seguridad del vehículo y se le otorgará la nueva etiqueta ECO. Eso último, solo a los coches que posean la homologación Euro 4, Euro 5 o Euro 6. Los que solo cumplan la Euro 3 pueden convertirse a GLP, pero no obtener la etiqueta.

La modificación no exige demasiadas intervenciones en la mecánica y los talleres especializados disponen de kits adaptados a casi todos los modelos que se instalan en un par de días. Entre los cambios más importantes, la transformación incluye la instalación de un depósito para el gas que suele alojarse en el hueco de la rueda de repuesto del maletero. Esto se completa con un circuito para canalizar el gas hasta el motor, que incluye válvulas, filtros, sensores y un inyector específico.

Asimismo, se instala un mando para que el conductor seleccione el carburante que desee utilizar y una centralita electrónica que controla el correcto funcionamiento del nuevo sistema de alimentación.

Fuente: https://motor.elpais.com/actualidad/convertir-el-coche-a-glp-cuanto-cuesta-y-cuando-se-puede-hacer/