A medida que se acerca el cierre de 2024, la situación energética de México sigue siendo un tema de debate y preocupación, especialmente en cuanto a la autosuficiencia y la independencia energética. Al respecto, Ramses Pech, especialista del sector, expresó a Surtidores Latam los avances y los retos que enfrenta el país en términos de su producción y consumo de energía.
De acuerdo con el último balance energético elaborado por la Secretaría de Energía, México enfrenta dificultades para reducir su dependencia de las importaciones de combustibles fósiles. Aunque el país ha experimentado un aumento del 35% en el consumo de energía en la última década, la nación sigue dependiendo de fuentes externas para satisfacer una parte importante de su demanda, particularmente en lo que respecta al gas natural, la gasolina, el diésel y el gas licuado de petróleo.
En este sentido, Pech comentó: “La falta de capacidad para satisfacer la demanda interna nos obliga a depender de importaciones, especialmente de productos derivados del petróleo. Este patrón no parecería que cambie en el corto plazo.”
Según Pech, en años recientes, México ha incrementado de forma notable la compra de hidrocarburos, con un aumento del 60% en la importación de gasolina y un 120% en el caso del diésel y gas licuado de petróleo desde 2013. “A pesar de los esfuerzos por aumentar la producción de energía primaria, las cifras muestran que la generación interna no es suficiente para cubrir la totalidad de la demanda del país. Esto deja a México en una posición vulnerable en términos de autosuficiencia”, expresó Pech.
Por otro lado, el principal desafío de México sigue siendo la transición energética. A pesar de los avances en la extracción y producción de energías primarias, como el petróleo y el gas, el país tiene dificultades para generar energía secundaria, que es fundamental para las actividades cotidianas. Estas representan aproximadamente el 49% del consumo en el transporte, y es en este ámbito donde se concentra el mayor consumo de combustibles fósiles. “Sin una mejora en esta capacidad de conversión, México seguirá dependiendo de fuentes externas para satisfacer sus necesidades”, señaló el experto.
Además, la falta de infraestructura adecuada para la transformación de la energía limita las posibilidades del país para satisfacer la creciente demanda interna. Sin la modernización integral de las refinerías, las plantas de gas y otras instalaciones, el estado continuará dependiendo de las importaciones.
“Es necesario implementar un enfoque integral, con inversiones públicas y privadas, para modernizar la infraestructura energética y reducir la demanda excesiva de los combustibles fósiles, que siguen siendo dominantes en el consumo interno”, subrayó Pech.
En este sentido, el especialista sostuvo: “El futuro energético de México dependerá de su capacidad para aportar por tecnologías que permitan transformar más eficientemente la energía primaria, reducir la dependencia de fuentes externas y avanzar hacia una matriz energética más limpia y sostenible.”
Fuente: Surtidores Latam – Sol Bermo