La crisis de gas propano ha forzado a cientos de venezolanos a regresar al uso de leña y materiales improvisados para cocinar.
Tras la explosión en una planta procesadora el 11 de noviembre en Monagas, el suministro de este combustible esencial sigue paralizado, afectando gravemente a hogares en todo el país, especialmente en zonas populares y rurales, reseña Bloomberg Línea.
En barrios como Petare, en Caracas, las fogatas reemplazaron las estufas de gas.
Vecinos hierven alimentos y preparan hallacas, un plato tradicional de los venezolanos en las fiestas navideñas, sobre leña y carbón por la escasez de gas.
Otros, en medio de la desesperación, utilizan materiales como desechos plásticos y madera de muebles viejos, exponiéndose a humos tóxicos y complicaciones de salud.
«No nos queda otra opción»
Juana Rodríguez, residente de La Guaira, relató a Bloomberg Línea que lleva más de dos semanas sin gas. Asegura que los distribuidores locales le pidieron racionar lo poco que le queda porque desconocen cuándo llegará un nuevo cargamento de Petróleos de Venezuela.
El impacto de la escasez también golpea ciudades como Palo Negro, en el estado Aragua. Elena Guzmán, habitante de la zona, explicó que construye una estufa de ladrillos para cocinar con carbón. “Le presté mi bombona a mi mamá y ya no tenemos gas. No nos queda otra opción”.
La producción de propano en Venezuela se mantiene 70% por debajo de los niveles previos a la explosión, según datos del sector energético al 30 de noviembre, citados por la agencia de noticias.
Aunque los trabajadores lograron recuperar parcialmente el procesamiento de gas natural, el propano continúa sin disponibilidad suficiente. El gobierno atribuyó el incidente a un supuesto ataque terrorista y reportó la detención de 11 personas.
Fuente: El Nacional