Con políticas públicas enfocadas y asertivas, la universalización del acceso a energías limpias es viable y debe ser una prioridad. La posición es del secretario nacional de Planificación y Transición Energética del Ministerio de Minas y Energía (MME), Thiago Barral.
Según el secretario, es necesario localizar a las personas que aún no tienen acceso a energías limpias para garantizar «eficiencia y velocidad» en la universalización del acceso a las tecnologías. Barral también destacó la importancia del apoyo del ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, en la agenda, y afirmó que la dimensión social y el combate a la pobreza están entre las prioridades del grupo de trabajo de transiciones energéticas en el G20.
Junto con representantes del sector, del gobierno y especialistas, Barral participó en el Foro «Tecnologías Limpias para Cocinar: avance en el combate a la pobreza energética en Brasil», realizado el 10 de julio en Brasilia (DF), por Sindigás y el MME, en asociación con Estadão Blue Studio. También estuvieron presentes la directora de Vigilancia en Salud Ambiental y Salud del Trabajador del Ministerio de Salud, Agnes Soares, y la directora de Promoción de la Alimentación Adecuada y Saludable del Ministerio de Desarrollo y Asistencia Social, Familia y Combate al Hambre, Patricia Gentil.
Persisten las desigualdades
La falta de acceso a energías limpias resulta en una serie de problemas graves que afectan a los más vulnerables, como mujeres y niños. Uno de ellos es la contaminación y las enfermedades generadas por ella, derivadas del uso de fuentes de energía tóxicas y dañinas para la cocción.
A pesar de los avances de Brasil en los últimos años en la garantía del acceso de la población a la energía limpia, el conjunto de estudios desarrollados por la Empresa de Investigación Energética (EPE) señala que la desigualdad energética en el país persiste.
Según los datos, el 52% de la demanda de energía del sector residencial brasileño proviene de la cocción, siendo atendida principalmente con leña y GLP. Hasta 2022, 4,9 millones de hogares de bajos ingresos aún utilizaban biomasa para cocinar, principalmente en Bahía, Maranhão y Pará.
En 2022, según datos de la Encuesta Nacional por Muestra de Hogares Continua Anual (PNADCA), del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), aproximadamente el 1% de los hogares declaraba cocinar solo con biomasa, mientras que el 16% declaraba cocinar con biomasa y otros combustibles modernos, principalmente GLP.
Según Carla Achão, superintendente de EPE, es importante entender mejor la realidad y la necesidad de las regiones de bajos ingresos y pensar en soluciones, especialmente donde el GLP no llega.
El MME se centra en métricas para combatir la pobreza energética
El Ministerio de Minas y Energía está montando una estrategia nacional de combate a la pobreza energética, según informó Mariana Espécie, asesora especial de Asuntos Técnicos del MME. De acuerdo con la especialista, las acciones para combatir el problema se desarrollarán a partir de métricas, además de la aproximación con el Ministerio de Desarrollo Social para acceder a los datos y cruzarlos con otras bases también relacionadas con la energía.
Mariana reforzó la importancia de los datos para avanzar en las políticas públicas. Según ella, el diagnóstico muestra la necesidad de focalización y mejor encuadramiento para enfrentar el problema, respetando diferentes realidades territoriales.
El acceso universal a la cocción limpia forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Según Mariana, «Brasil ha hecho llamamientos al público internacional sobre la necesidad de ‘correr contra el tiempo’, ya que la cuestión de la pobreza energética afecta a todos los países, independientemente de si son desarrollados o en desarrollo».
Fuente: Estadão – BR