En el 2° Summit Internacional de GLP, que se realizó en Cartagena del 6 al 8 de junio pasados, se presentaron los avances de un estudio sobre las consecuencias del uso de leña en la cocción de alimentos en América Latina y el Caribe.
Así como la desnutrición y la falta de agua potable azotan aún, en pleno siglo XXI, a millones de personas en América Latina, la pobreza energética es otro problema endémico de la región.
Según Adriana Gioda, química de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro, quien adelanta una investigación sobre el uso de leña para cocinar en América Latina y el Caribe, en el subcontinente existen 58 millones de familias que usan este sistema para preparar alimentos.
Además de que esta problemática afecta a la población con menos recursos económicos y causa más de dos millones de muertes al año, las consecuencias del uso de leña impactan las finanzas de los sistemas de salud, genera deforestación y contribuye al calentamiento global.
La leña emite doce veces más contaminantes que el gas licuado del petróleo (GLP), por eso este combustible se plantea como una de las mejores opciones para combatir la pobreza energética en la región.
En ese sentido, Ricardo Tonietto, director de Relaciones Institucionales y Contratos de Supergas Brasil y ex director de la Asociación Iberoamericana de Gas LP (AIGLP), dice que, en el subcontinente hay una gran oportunidad para el GLP de combatir la pobreza energética, por sus características de ser fácilmente transportable y almacenable.
Además, señala que aunque el mayor uso que se le da al GLP es en el sector residencial, el combustible tiene un gran potencial de crecimiento en las sectores agropecuario, industrial y comercial.
Pero agrega que las principales limitantes para ese crecimiento son el precio y la falta de una infraestructura más extendida, que llegue a todos los rincones de los países.
Tonietto recomienda que las políticas públicas deben estar orientadas en hacerles llegar los subsidios a los estratos más bajos, para que puedan acceder a este combustible más limpio.
“Con eso se consigue mejorar la calidad de vida de las personas e incentivar el uso del GLP, remplazando la leña, esa es la verdadera Transición Energética para América Latina”, dijo y finalizó recomendando que los gobiernos deben dejar a los privados hacer su trabajo y que exista libertad de precios, para que la industria haga las inversiones necesarias en infraestructura.
Fuente: https://guiadelgas.com/glp/pobreza-energetica-un-mal-endemico-de-america-latina/