En las últimas dos décadas, la pobreza energética se redujo en un 25%, debido a la utilización del Gas Licuado de Petróleo (GLP) en el Perú, el cual va más allá de llevar combustible a los hogares, si no también se ha consolidado como un motor de desarrollo económico.
De acuerdo con el presidente de la Sociedad Peruana de Gas Licuado, Jovan Pastor, en 20 años el GLP pasó de tener una cobertura limitada a atender al 70% de los hogares peruanos como fuente principal para cocinar.
“Gracias a su disponibilidad, la pobreza energética se redujo de 47 % a 25 %, permitiendo a millones de peruanos vivir con mayor seguridad”, afirmó Jovan Pastor.
Este progreso también alcanzó el transporte, pues actualmente el 20% del parque automotor, equivalente a 650 mil vehículos, usan GLP, debido a su bajo costo de instalación y su autonomía de combustible. A ello, se suma que más de 250 mil pequeñas y medianas empresas de sectores estratégicos como pesca, agroindustria, industria avícola y textil, dependen del GLP para operar.
Cabe destacar que cerca del 70 % del volumen comercializado de GLP viene de Camisea, es decir de origen nacional.
RIESGOS
Por otro lado, el foro también advirtió que el marco regulador enfrenta problemas. La ley 32315, que creó la Agencia de Inventario de Combustibles-AIC, impide que que los proyectos de almacenamiento no trasladen los costos de inversión en la tarifa a cobrarse por el uso de las instalaciones de almacenamiento.
Además, se necesitan incentivos para mayor inversión en almacenamiento, pues gran parte se encuentra en la costa, lo que deja a muchas provincias vulnerables frente a bloqueos, desastres naturales o eventos climáticos extremos.
De acuerdo con las proyecciones, el consumo de GLP aumentará en 4% anual en los próximos cinco años, por lo que el sector privado deberá implementar más inversiones en logística, transporte y comercialización.
Fuente: Diario Correo