El gobierno de Argentina, liderado por Javier Milei, decidió congelar el precio del GLP en el mes de mayo después de que la desregulación del sector generara una inflación de más del 400% en menos de un mes en dicho sector.

Se estima que los precios de la garrafa podrían aumentar más del 1000% entre marzo y junio, y el motivo estaría en el fin de los subsidios y la desregulación del sector por parte del gobierno de Milei.

Para intentar frenar la medida, la gestión ultraliberal, que criticó durante meses los subsidios y el control de precios operados por los gobiernos kirchneristas, acaba utilizando la misma medida.

El Ministerio de Economía afirmó que «con el fin de consolidar el proceso de desinflación llevado a cabo por el Gobierno, verificado hasta la fecha, es razonable y prudente posponer en el mes de mayo la aplicación efectiva de las actualizaciones previstas en las resoluciones de las Entidades mencionadas y los aumentos del PEST correspondiente a la energía eléctrica y del PIST al gas».

La idea del gobierno al actualizar las tasas y desregular el sector era recaudar más impuestos para que el gobierno argentino mantuviera su meta de superávit fiscal.

En enero, el precio ya había subido al menos un 100%. Y después de cuatro meses de inflación, fue necesario contener los precios.

El aumento del GLP significaría un aumento de la inflación. El gobierno quiere presentar cifras rápidas a la población intentando justificar el ajuste fiscal, pero el aumento de precios se ha mantenido por encima del 8% mensual.

El congelamiento de precios no suele ser una medida eficaz a largo plazo y puede traer problemas para la economía, creando un mercado paralelo fuera de los valores oficiales.

Además del gas, productos farmacéuticos y café molido también sufrieron aumentos del 100% en el valor nominal. Cabe recordar que el gobierno también devaluó el peso en un 50% y recortó subsidios de otros productos, lo que hizo que la inflación aumentara y los salarios disminuyeran simultáneamente.

Fuente: Revista Forum