El gas licuado de petróleo está ganando terreno por sus beneficios económicos y ambientales, aunque su adopción enfrenta desafíos relacionados con la infraestructura y la inversión necesaria para su expansión.
En un contexto de creciente preocupación por el impacto ambiental y la necesidad de reducir costos operativos, el autogas se está consolidando como una de las alternativas energéticas más prometedoras en Latinoamérica. Con su capacidad para transformar el sector del transporte, este combustible ofrece una serie de ventajas prometedoras.
Carlos Arturo García Estrada, director general de EGSA, destacó a Surtidores Latam el impacto positivo del GLP en el sector del transporte, especialmente entre los trabajadores del volante.
“Está creciendo fuerte en todos lados porque ha demostrado ser un gran beneficio económico a los usuarios de transporte. Les funciona muy bien trabajar con gas en sus vehículos y vemos en algunos países un crecimiento bastante sostenido”, afirmó. Esto se debe, en gran parte, al menor costo de este combustible en comparación con otros carburantes tradicionales como la gasolina o el diésel.
A nivel regional, países como México, Perú, Argentina, Brasil y Colombia han apostado por el GNV, GNC o GLP, destacándose por su infraestructura y programas de incentivo para su adopción.
Además de los bajos costos operativos, el autogas contribuye a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, ayudando a mitigar los efectos contaminantes en el ambiente. Este aspecto se alinea con los esfuerzos de muchos países de la región por diversificar sus fuentes energéticas y reducir su huella de carbono.
A pesar de su potencial, su desarrollo presenta desafíos significativos, particularmente en lo que respecta a la infraestructura necesaria para su distribución. García Estrada explicó que “no es lo mismo una pequeña planta de GLP en una zona rural, donde no necesitas una gran inversión, que una estación en una ciudad con alto tráfico vehicular, donde se requieren surtidores de alto volumen y bombas con alta presión diferencial”.
En este contexto, la experiencia acumulada por empresas como EGSA resulta fundamental. Con un enfoque en la seguridad y la eficiencia, la marca ofrece soluciones llave en mano que abarcan desde el diseño y la construcción de estaciones de servicio hasta el suministro de refacciones y soporte técnico constante. Esta clase de apoyo técnico y profesional se torna esencial para fomentar la confianza de los usuarios y garantizar el éxito de los proyectos.
Con una demanda creciente y el respaldo de iniciativas públicas y privadas, el GLP promete consolidarse como una opción clave para el transporte en Latinoamérica. Sin embargo, según el especialista la expansión de su uso requerirá un equilibrio entre inversión en infraestructura, capacitación técnica y políticas públicas que impulsen su adopción.
Fuente: Surtidores Latam – Sol Bermo