Imagen: Jornal de Brasília

El sector del gas de cocina ve de manera positiva el nuevo programa del gobierno de Lula (PT), que prevé distribuir cilindros a familias de bajos ingresos, pero considera que las nuevas reglas regulatorias en discusión pueden poner en riesgo la viabilidad del Gás do Povo.

La advertencia fue hecha por Pedro Turqueto, CEO de Copa Energia, propietaria de las marcas Copagaz y Liquigás, líder del mercado de GLP (Gas Licuado de Petróleo).

Turqueto señala que la distribución de vouchers en lugar de transferencias en efectivo, como ocurre actualmente con el Auxílio Gás, permitirá que muchas familias dejen de cocinar con leña o carbón y pasen a utilizar gas de cocina, reduciendo así la llamada pobreza energética.

Para atender esta nueva demanda, que calcula en 11 millones de hogares, el sector tendría que invertir unos R$ 2,5 mil millones en la compra de nuevos cilindros.

Sin embargo, esta inversión podría volverse inviable si entran en vigor las nuevas propuestas regulatorias de la ANP (Agencia Nacional de Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles), advierte el ejecutivo.

Entre esas propuestas se encuentran el llenado parcial de cilindros y el fin de la exclusividad de marca, es decir, permitir que empresas envasen cilindros de competidores.

“Es inimaginable que se pretenda que el sector invierta R$ 2,5 mil millones en nuevos envases y, acto seguido, se diga que esos envases ya no pertenecen a quien los compró y realizó la inversión”, afirma Turqueto.

Consultada, la ANP señaló que las propuestas aún están en estudio, pero recordó que todos los distribuidores de GLP con mayor participación de mercado ya envasan cilindros que no llevan su propia marca.

“Es decir, actualmente las empresas confían la seguridad de su marca a sus principales competidores”, dijo la agencia, añadiendo que los distribuidores tendrían que adoptar mecanismos de rastreo en caso de que las propuestas se implementen.

El ejecutivo de Copa Energia también reiteró una crítica de las grandes distribuidoras: que las nuevas reglas, bajo el pretexto de aumentar la competitividad en el mercado, podrían abrir la puerta a la entrada del crimen organizado en el sector.

Hizo un paralelo con la Operación Carbono Oculto, que investigó la infiltración de facciones criminales en el mercado de combustibles.
“Lo que vimos en el sector de combustibles fue básicamente bajar la vara para que ciertos agentes ingresaran en ese mercado. Si seguimos un camino demasiado permisivo en el GLP, tendremos las mismas consecuencias”.

La ANP respondió que no queda claro cómo posibles cambios podrían aumentar el riesgo de infiltración del crimen organizado en este mercado, considerando que las actividades serían realizadas por agentes autorizados y fiscalizados por la propia agencia.

En el lanzamiento del programa Gás do Povo este jueves (4), en Belo Horizonte, Lula volvió a criticar al sector de GLP, señalando que el gas sale de Petrobras a unos R$ 37 y se vende a la población por un valor superior a R$ 100.

En mayo, el presidente ya había afirmado que “alguien está ganando mucho dinero” con esa diferencia.

Para Turqueto, todos los agentes del sector buscan vender el cilindro al menor precio posible, pero existen costos adicionales para llevar el producto hasta los hogares.

“Petrobras suministra la molécula del gas, que es nuestro mayor costo, pero además están los impuestos, la logística primaria del producto, la última milla [para entregar en la casa de las personas], y la inversión en el propio envase, el cilindro, que requiere mantenimiento”, explica.

“Entrego mi producto en el 100% de los municipios y en el 91% de los hogares, eso demanda una inversión muy significativa”, concluye el ejecutivo.

Fuente: Jornal de Brasília