Imagen: Surtidores Latam

En los últimos años, las Estaciones de Servicio se han convertido en un punto crítico para la distribución de Gas Licuado de Petróleo (GLP) en América Latina. Sin embargo, un episodio reciente en Perú ha puesto en evidencia los peligros de una práctica ilegal que afecta tanto a la seguridad de los consumidores como a la estabilidad del mercado: el llenado clandestino de cilindros de GLP.

La clausura de un punto de carga en Jaén, tras descubrirse la realización de llenados ilegales, resalta la urgencia de abordar esta problemática y de regular de manera más efectiva las prácticas. Si bien estas estaciones tienen el potencial de ser un aliado estratégico en el suministro seguro del GLP.

Fabricio Duarte, director ejecutivo de la Asociación Internacional de Gas Licuado de Petróleo (AIGLP), expresó a Surtidores Latam su preocupación al respecto: “La operación refleja los riesgos latentes de un modelo que, lejos de ser innovador, es sumamente peligroso. Este tipo de prácticas clandestinas no sólo pone en riesgo la seguridad de los usuarios, sino que también afecta la reputación de todo el sector.”

Un simple descuido al manipular el gas puede provocar explosiones devastadoras. Cuando se realizan llenados fraccionados en establecimientos sin la infraestructura adecuada, el riesgo de accidentes se eleva exponencialmente. Las expendedoras, sin los protocolos estrictos de seguridad, carecen del personal capacitado para garantizar una correcta manipulación del producto. Esta falta de control pone a los consumidores en una situación de vulnerabilidad, no sólo en términos de salud, sino también en lo que respecta a la estabilidad de sus hogares.

Duarte subrayó: “El GLP es un producto sumamente peligroso si no se maneja adecuadamente. Las Estaciones de Servicio deben operar con los más altos estándares de seguridad. De lo contrario, se ponen en riesgo vidas humanas, y esto no es negociable.”

“Es necesario que las autoridades intensifiquen la fiscalización y, a su vez, se implementen campañas educativas que alerten sobre los peligros del abastecimiento ilegal. Solo así podemos evitar más tragedias”, agregó.

En lugares como Kenia, Haití, y Sudáfrica, el abastecimiento fraccionado ha provocado un incremento en los accidentes, muchos de ellos con víctimas fatales, y una notable caída en la calidad de los servicios.

En países como Paraguay, donde esta práctica está permitida, el precio final del GLP adquirido de forma fraccionada es más alto que el de los cilindros llenos de distribuidoras autorizadas. Aunque la modalidad promete una reducción en el costo por unidad, el precio real por kilogramo de gas es superior, lo que refleja que la propuesta es menos ventajosa de lo que parece. Además, el modelo fomenta la informalidad, dificultando la fiscalización e incrementando el riesgo de robos de GLP, una problemática creciente en países como México, donde las pérdidas millonarias son una constante debido a este delito.

En este sentido, las Estaciones de Servicio tienen un papel fundamental en la cadena de suministro, pero su responsabilidad va más allá de ser simples puntos de venta. Para garantizar la seguridad de los consumidores y la calidad, es imperativo que operen bajo estrictos estándares regulatorios y en estrecha supervisión de las autoridades competentes.

Fuente: Surtidores Latam – Sol Bermo