En un reciente webinar organizado por la Asociación Iberoamericana de Gas Licuado de Petróleo (AIGLP) y OPIS (Oil Price Information Service), se discutieron aspectos importantes del mercado de Gas Licuado de Petróleo (GLP) en América Latina. En conversación con Surtidores Latam, Fabricio Duarte, Director Ejecutivo de AIGLP, describió este encuentro como un espacio para el “intercambio de conocimientos y experiencias en el sector”.
Por su parte, Adrien Calcaneo, vicepresidente de OPIS, subrayó durante el webinar uno de los puntos principales que atraviesan el mercado del GLP: “la intensa dependencia de América Latina respecto a Estados Unidos en el suministro”.
«Latinoamérica es la región que más requiere de EEUU, debido a la cercanía geográfica y la gran cantidad de producto que se exporta desde allí. Este flujo es fundamental para satisfacer la alta demanda de gas LP en nuestra región», expresó.
En este sentido, el mercado ha alcanzado niveles maduros con un consumo per cápita superior a los 30 kilos. «En países como Chile y Ecuador, el consumo de gas LP es casi el doble del promedio», comentó Calcaneo agregando que, “América Latina produce alrededor de la mitad del gas LP que necesita”, siendo México y Brasil los mayores consumidores debido a su población.
El especialista explicó que «la mayor parte del gas LP que se importa proviene de norteamérica, con solo una pequeña fracción producida localmente en Argentina y Bolivia». Esta dependencia de importaciones hace que cualquier cambio en la oferta estadounidense pueda tener un impacto considerable en la región.
Asimismo, el cambio hacia fuentes de energía más sostenibles está influyendo significativamente en el futuro del gas LP. En Brasil, gran parte de este se obtiene a partir de la refinación de petróleo. Según Calcaneo, «si la demanda de gasolina y diésel disminuye, podría haber una reducción en la disponibilidad de gas LP, a menos que se encuentren nuevas aplicaciones, como la petroquímica, para utilizar este recurso».
Por otro lado, en países como México y Argentina, donde el gas natural es una parte crucial del sistema energético, el proceso de adaptación hacia fuentes más limpias sería más lento. Esto se debe a que el GN sigue siendo un componente importante en la mezcla energética, lo que prolongará la dependencia de este combustible.
En el caso de Colombia y Chile, que dependen en gran medida de la importación, el experto señaló que «cualquier reducción en la producción local o cambios en la infraestructura podría afectar significativamente los precios».
Cabe destacar que la AIGLP y OPIS están realizando estudios detallados sobre el traspaso energético, que serán presentados en una conferencia programada para noviembre en Houston. «Estamos analizando diversos escenarios de transición por país y producto, considerando la cooperación internacional, regulaciones y avances tecnológicos», comentó.
Fuente: Surtidores LATAM