Conozca todas las etapas de la producción del cilindro de gas, desde el acero hasta el envasado, pasando por pruebas de seguridad y normas técnicas.
El cilindro de gas es uno de los artículos más presentes en la vida cotidiana de las familias brasileñas. Garantiza la preparación de comidas, calienta agua y mueve actividades comerciales e industriales. A pesar de su familiaridad, pocas personas conocen la compleja ingeniería y los rigurosos protocolos de seguridad detrás de su fabricación. A continuación, podrá acompañar todas las etapas: desde la producción del cilindro hasta el envasado del gas.
Fabricación del cilindro de gas
El proceso de fabricación comienza con la selección de materias primas. El acero laminado en frío, resistente y duradero, es adquirido de proveedores especializados.
La Agencia Nacional del Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles (ANP) define estándares obligatorios. La Resolución ANP nº 12, de 2008, establece que el cilindro debe soportar altas presiones, contar con dispositivos de seguridad y presentar información clara de fabricación. Además, la Asociación Brasileña de Normas Técnicas (ABNT), a través de la NBR 11927, determina especificaciones técnicas para diferentes tamaños: P5, P13, P20 y P45.
Estas normas no son solo recomendaciones. La ANP realiza inspecciones periódicas para verificar si las fábricas cumplen con los requisitos. Lo más importante es garantizar que cada cilindro que llega a la cocina sea confiable.
Estampado y conformado
Después de adquirir el acero, comienza el estampado. Las láminas pasan por perforaciones para ventilación y, luego, por estampado profundo, adquiriendo la forma cilíndrica.
El corte ajusta las dimensiones, mientras que el acabado elimina rebabas e imperfecciones. Este conjunto de procesos asegura resistencia y uniformidad.
Anillo inferior y protección
A continuación, se fabrica el anillo inferior. Proporciona estabilidad cuando el cilindro se coloca en superficies planas y ayuda en la ventilación, reduciendo el riesgo de corrosión. Esta pieza se suelda a la base del cilindro.
En la parte superior, llamada “cabeza”, se encuentran los componentes de seguridad: válvula, regulador de presión, anillo de protección, asa de transporte, tapa de seguridad y, en algunos modelos, manómetro. Estos elementos protegen contra daños, facilitan el manejo y controlan la salida del gas.
En el montaje, la soldadura debe ser precisa, por lo que el proceso está automatizado. El anillo o-ring, hecho de elastómero, garantiza la estanqueidad entre el cuerpo y la válvula, impidiendo fugas. Esta etapa es decisiva para la seguridad.
Tratamiento térmico
El tratamiento térmico alivia tensiones causadas por la soldadura. Puede realizarse en horno de frecuencia intermedia, con calor por inducción, o a gas natural, que ofrece calentamiento uniforme. Ambas técnicas aumentan la durabilidad y confiabilidad del cilindro.
Pruebas de seguridad
Antes de llegar al consumidor, cada cilindro es sometido a pruebas. Radiografías de rayos X verifican defectos internos invisibles a simple vista. Ensayos mecánicos miden la resistencia de las soldaduras. La evaluación de los anillos de sellado completa el proceso. Estas pruebas confirman que el producto soporta las condiciones de uso sin riesgos.
Por lo tanto, cuando encienda la cocina, puede estar seguro de que el cilindro pasó por un estricto control de calidad.
Producción del gas de cocina
El gas que llega al cilindro es el GLP (Gas Licuado de Petróleo). Se obtiene de la destilación y fraccionamiento del petróleo crudo. La mezcla contiene propano y butano, hidrocarburos ligeros con alto poder calorífico, lo que los hace ideales para cocinas y calefactores.
Además, el GLP recibe un aditivo de seguridad: la etil-mercaptana. Este compuesto de azufre le confiere el olor característico al gas. Sirve para identificar rápidamente fugas: si el gas se escapa, el fuerte olor se propaga y alerta a los habitantes.
Envasado del cilindro
Después de fabricados, los cilindros se envían al envasado. Primero, pasan por inspección visual. Cualquier cilindro con óxido, abolladuras o defectos es retirado de la línea. Solo los aprobados pasan al llenado.
El envasado se realiza en una máquina llamada “carrusel”, capaz de llenar hasta 1.800 cilindros por hora. El proceso se divide en dos fases: un llenado rápido inicial y un final más lento, que completa los 13 kg de gas en el modelo residencial. El ritmo controlado garantiza precisión y evita fallas.
Tras el llenado, los cilindros pasan por nuevas pruebas de seguridad. La detección de fugas utiliza tecnología láser. El anillo de sellado es inspeccionado nuevamente. Luego, cada cilindro es higienizado, pintado, etiquetado y sellado. Solo entonces es liberado para distribución.
Diferentes capacidades de cilindros
Los tamaños varían según el uso.
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P5 (5 kg): portátil, común en parrilladas y campamentos.
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P13 (13 kg): el más presente en los hogares brasileños.
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P20 (20 kg): más utilizado en comercios.
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P45 (45 kg): empleado en industrias, calefacción de agua y generación de energía.
Todos estos modelos siguen las mismas etapas de producción, pruebas y envasado. Lo que cambia es la capacidad de almacenamiento y la aplicación.
De la fábrica a la cocina
Después de todas las fases, los cilindros se envían a los centros de distribución y, de allí, a los revendedores autorizados, que los llevan a hogares y establecimientos. Este recorrido asegura que el producto llegue en perfectas condiciones de uso.
Además, la fiscalización continua de la ANP y el cumplimiento de las normas de la ABNT refuerzan la confianza en el sistema. El proceso, que involucra a miles de trabajadores y maquinaria sofisticada, es lo que permite que el simple acto de encender la cocina sea seguro.
Seguridad que llega al consumidor
El ciclo de vida de un cilindro de gas es más complejo de lo que parece. Desde la elección del acero hasta el sello final, cada detalle está pensado para ofrecer estabilidad, durabilidad y protección.
Por eso, el cilindro se mantiene como un artículo indispensable en las cocinas brasileñas. El consumidor recibe en su casa no solo un recipiente con gas, sino el resultado de un trabajo minucioso. Ingeniería, normas técnicas, fiscalización y pruebas se combinan para que el GLP llegue con calidad.
El cilindro de gas, ese héroe silencioso de las cocinas, atraviesa un camino lleno de etapas invisibles. Solo así puede garantizar el calor necesario para transformar alimentos simples en platos que reúnen a las familias alrededor de la mesa.
Fuente: Click Petróleo e Gás