El 2022 terminó con una venta récord de butano envasado en cilindro de 10 kilos de 780.000 toneladas. Un 8% por arriba de la media que hubo en los últimos cuatro años, en el marco del Programa Hogar con Garrafas.
La cifra tiene dos lecturas indefectibles por hacer. Por un lado el precio de la garrafa nuevamente se ubica a un costo muy accesible para los actuales niveles de ingresos de los consumidores. Su precio de venta, medido en dólares, es uno de los más bajos, comparado con otros países de la región.
También el consumo gas envasado demuestra la recuperación del poder de compra de los consumidores, pues los precios no se escaparon tanto respecto a otros energéticos.
Sin embargo esta mayor demanda tuvo como efecto contrario una escasa rentabilidad en el sector del fraccionado y distribución, pues los mayores costos hizo perder márgenes al negocio. Se envasa y se distribuye más, pero así y todo el negocio no alcanza para encontrar un margen razonable.
«Si lo comparas con otros energéticos, la garrafa está regalada. Salía casi lo mismo que una o dos botella de gaseosa de tres litros», graficó un fraccionador con algunas décadas de trabajo en sus espaldas.
El propano
En el caso del propano la demanda interna volvió a crecer. Con un valor libre y con precio de paridad de exportación, alcanzó las 470 mil toneladas de demanda en el mercado interno, casi un 5% más que en años anteriores, superando la medio que se dio en torno a las 450 mil toneladas.
Sectores como la agroindustria y el turismo son los que empujaron el consumo, coinciden los comercializadores.