Desde hace seis meses, el Gobierno Federal fijó precios de venta. Primero se trabajó por debajo de los márgenes mínimos viables y ahora se incrementaron los márgenes para el distribuidor dando otra perspectiva.
El sector de la distribución y envasado de GLP mexicano, que abastece al 79% de los hogares que utiliza cilindros para cocinar o calefaccionarse, apenas está saliendo a flote.
Con la regulación de los precios de venta, que impuso el Gobierno Federal al gas envasado, el sector vivió un ahogo de rentabilidad que hubo provocó, entre otras cosas, frenar inversiones y también quitar rutas de distribución, principalmente durante el 2022.
Desde hace seis meses, el Gobierno Federal ha fijado precios de venta que han permitido pasar de trabajar por debajo de los márgenes mínimos viables de operación a tener apenas rentabilidad y lograr una utilidad que permite recuperar las inversiones que realizan a diario los envasadores. Este se debió a que se incrementó el margen para el distribuidor.
«Por suerte, el Gobierno logró entender la crítica situación y accedió a las modificaciones correspondientes. No estamos diez puntos, pero es otro el horizonte», explicó durante el 36 Congreso de la AIGLP, «un gasero», como se los conoce a los envasadores aquí, el cual prefirió mantener el anonimato.
Otro colega, de una gasera regional, precisó que la regulación del precio fijo no permite un juego limpio en la competencia. Con la regulación no se hace la diferenciación por calidad y servicio. «Da lo mismo para aquel que invierte y para quien no», señaló.
La coincidencia de los gaseros es que lo ideal sería mantener el espíritu de la reforma energética, que dio libertad de invertir, mayor competencia, entre otras cosas. La fijación de precios pareciera que achata ese espíritu.
Otros de los puntos de la reforma energética, es que permitió importar a los envasadores, al sacar a Pemex como el único jugador autorizado para esa faena.
Los grandes grupos potenciaron esa cualidad de la importación, mientras que los medianos y pequeños confirmaron «pooles de compra» y logran un precio muy similar a la importación propia, con la adquisición de producto a Pemex, quien entre producción propia e importación, abastece el 65 al 70% del GLP que consume el mercado mexicano. Por ende, es el que marca el precio a nivel mayorista.
Habrá que ver si las nuevas perspectivas que avizoran los empresarios gaseros, se consolidan en el tiempo y permiten volver a una normalidad que consiste en invertir, vender y lograr rentabilidad.