“La clandestinidad es un flagelo a erradicar. No hay espacio ni tiempo para su continuidad”, precisaron desde la Cámara de Operadores y Distribuidores del Gas Licuado (Codigas).
La difícil situación por la que atraviesa el sector de la distribución no permite que exista margen para tolerar aquellos que no invierten en lo más mínimo, como indica la normativa que emana de la Secretaría de Energía de la Nación, para realizar el servicio de distribución de gas envasado, señalaron desde la Cámara.
«Los tiempos prudenciales se acaban y es necesario que, sí o sí, o se adecuan a la normativa vigente o hay que salir a cerrar estos distribuidores clandestinos, que lo que solo hacen es vulnerar a las empresas formales que apuestan a la inversión y adecuarse a las normas”, precisó Ricardo Azar, presidente de la Codigas, y agregó que “además, no llevan seguridad tanto al usuario final, como así también a la ciudadanía toda, al ponerla en peligro cuando circulan con vehículo que no cumplen con ninguna norma por las calles», afirmó.
Para el presidente de la Codigas, erradicar este flagelo no es una tarea solamente de «nosotros que lo denunciamos, sino un trabajo mancomunado con las autoridades de aplicación y también que los fraccionadores entiendan que deben de dejar de alimentar este canal de distribución».
A su vez, invitó al Sindicato de Trabajadores del Petróleo y el Gas para que también «se sumen al trabajo de erradicación de la clandestinidad, sabiendo de que la formalización del empleo es una necesidad y un derecho».
“Estamos en una situación de crisis, donde los márgenes no alcanzan y encima se tolera y promueve a la clandestinidad. Si no existen respuestas adecuadas, recurriremos a la Justicia para encontrar la solución que no llega por los canales normales”, concluyó Azar.