El 26% de los hogares brasileños utilizan leña cocinar, precisó la Sindigás. La solución debe combinar el trabajo entre el sector público y privado.
En una reciente nota con medios de comunicación, Sérgio Bandeira de Mello, presidente de Sindigás, entidad que agrupa a las principales distribuidoras de GLP de Brasil, precisó que la leña sigue siendo la principal fuente de energía para el 26% de los hogares brasileños, según datos previos a la pandemia del Covid 19.
“Y contrariamente a lo que pueda imaginarse, no se trata de familias que, románticamente, cocinan una comida especial en un fogón diseñado para la ocasión. La realidad es que el uso de leña, casi siempre recolectadas, esconde una realidad de pobreza energética”, explicó.
Para el directivo “en ciertos niveles sociales, el horno de leña se usa una vez al mes para hacer una pizza con amigos, pero al ocupar el 26% de la matriz energética residencial, hay una porción de la sociedad que lo está consumiendo todos los días. Y una cosa común es que nos cruzamos las calles y caminos con camiones de leña, como los camiones con cilindros. Entonces, no estamos hablando de leña de un bosque plantado, sino de leña cosechada. No tenemos un estudio actualizado, pero estamos seguros de que ese escenario se ha agravado con cilindros por encima de R$ 120, cuando antes costaba R$68”.
“Creemos que la prioridad no es buscar una magia fiscal para bajar artificialmente el precio de los cilindros, sino enfrentar la realidad de que una parte de la sociedad se enfrenta a un proceso de pobreza energética”, precisó Bandeira de Mello.
El presidente de la Sindigás ponderó el Prorama Jas Auxilio, que dio subsidio a cinco millones de familias para que adquieran cilindros de LP y dejen de utilizar leña para la cocción diaria. Por esto alentó a continuar un trabajo mancomunado.
Respecto al precio del cilindro, expresó que “Gastamos mucha energía diciendo que el cilindro es caro y estamos buscando una idea mágica para llevar el cilindro de R$ 120 a R$ 100. Hemos hecho varias comparaciones y nuestro historial muestra precios cercanos a los de otros mercados e incluso unas poco más baratas que otros mercados latinoamericanos. Ha subido mucho, pero no es caro si comparamos con las alternativas”.
Para el dirigente el GLP es una energía más barata respecto a la electricidad o el gas natural por red. Un cilindro dura un promedio de 56 días en Brasil, por lo que incluso con el producto a R$ 100, cuesta R$ 50 por mes. Por esto, la competencia es ver cómo ese 26% de las viviendas brasileñas salen del uso de leña para cocinar.
Por último, destacó “la robusta estructura de distribución que tenemos en Brasil, es algo espectacular. Contamos con 20 distribuidores, que reciben el producto de las refinerías de Petrobras o de refinerías privadas, lo procesan y envasan. Además, hay alrededor de 60.000 puntos de venta al por menor repartidos por todo el país. Cubre el 100% de los municipios del país. Llegamos donde no llega Correos y creo que solo las iglesias tienen la misma penetración. Hacemos entrega puerta a puerta y el consumidor suele espera que le cambiemos el cilindro. Solo 35 millones de botellas de 13 kilos en Brasil se venden por mes. Esto da alrededor de 14 cilindros entregados por segundo. Siempre digo que vendemos más logística que gas”.