El director de Investigación de Gerens y ex viceministro de Energía afirmó que no podemos dejar de lado el GLP porque es un combustible que representa el 12% de todo el consumo de energía de hidrocarburos en el Perú.
En el panorama energético del Perú, el gas licuado de petróleo (GLP) emerge como un actor fundamental, representando el 12% del consumo total de hidrocarburos en el país. En esta entrevista con Arturo Vásquez, director de Gerens, exploraremos su papel estratégico.
¿Cuál es la importancia del GLP dentro de la matriz energética?
No podemos dejar de lado el GLP porque es un combustible que representa el 12% de todo el consumo de energía de hidrocarburos en el Perú. Este ha tenido un crecimiento en su demanda de 4% al año. El GLP es un buen complemento del gas natural.
¿Cuál es mejor, GLP o gas natural?
La ventaja del Perú es que tiene tanto gas natural como GLP, porque de Camisea sale el gas natural que usamos en Lima y en algunas provincias, pero también los líquidos de gas natural con los que se produce el GLP. Entonces de la misma fuente sale el gas natural y el GLP. No es que haya un conflicto entre ambos combustibles, sino que son complementarios. El 70% del GLP que se consume sale de Camisea.
¿Uno podría sustituir al otro?
No, no se puede hablar de que el gas natural va a desplazar al GLP o viceversa, sino que van a convivir de manera complementaria. Por ejemplo, el gas natural no va a llegar a ciertas localidades del país por distancia y costos, así como el hecho de que en algunas edificaciones es muy costoso poner redes de gas.
¿El GLP es un combustible amigable con el medioambiente?
Claro que sí. Es más amigable con el medioambiente en comparación con otros combustibles como la leña y los combustibles de biomasa. Tiene menos emisiones contaminantes, lo que lo convierte en una opción más limpia y sostenible. Por ejemplo, a través del Programa del Fondo de Inclusión Social Energético, el GLP ha logrado penetrar en zonas donde antes se utilizaba leña o se realizaba la tala de árboles como el algarrobo en el norte, lo que generaba una importante degradación ambiental.
Fuente: Perú21