En los últimos diez años, el mercado mundial del GLP se ha transformado sustancialmente y sigue su reconfiguración. América Latina es un jugador pequeño en ese ámbito, pero tiene oportunidades de crecimiento en la transición energética.
20 de agosto de 2021. Aunque América Latina es el mercado más cercano a los Estados Unidos, el mayor productor y exportador mundial de gas licuado del petróleo (GLP), el subcontinente debe competir con la demanda de Asia y Europa.
En ese sentido, es un tomador de precios y dependiente de un mercado cada vez más conectado a nivel global. Así se concluye del webinar realizado por la Asociación Gremial Colombiana de Comercializadores de Gas (AGREMGAS), que contó con la participación de Vanessa Viola, líder Global de GLP de Argus Media.
Y es que el mercado mundial de GLP ha cambiado de una manera sustancial en los últimos diez años. En 2010, los principales flujos de comercialización se dirigían hacia Corea y Japón, teniendo como principal proveedor al Medio Oriente; pero hoy, el mayor productor y exportador son los Estados Unidos, y el principal destino sigue siendo Asia, pero ahora los mayores consumidores son India y China, impulsados por el crecimiento de la refinación de petróleo y la petroquímica en este último país.
Lo anterior, sumado a la construcción de infraestructuras tanto de exportación como de importación, a la ampliación del Canal de Panamá y a que cada vez se construyen buques más grandes, ha llevado no solo al crecimiento sino a una reconfiguración del mercado mundial del GLP.
“De todos estos cambios, el más dramático es el de Estados Unidos, que en pocos años pasó importador a ser el principal exportador del mundo, con una producción que crece más rápido que la demanda local. Hoy el GLP estadounidense llega a todos los rincones del globo y ha desplazado a los exportadores tradicionales, especialmente en Asia”, señala Viola.
Agrega que otro cambio importante es que, aunque Latinoamérica importa de los Estados Unidos el 90% del GLP que necesita, tiene que competir por ese producto con Europa y especialmente con Asia.
Luego una gran conclusión que se desprende es que Latinoamérica, y en consecuencia Colombia, en adelante deben estar atentos a los movimientos del mercado mundial, pues los precios están atados a los principales índices internacionales, como el Mont Belvieu en la costa del Golfo de México.
Para Colombia, que es un mercado pequeño, de solo 60 mil toneladas mensuales, Ecopetrol suministra el 75% del consumo, pero la porción del importado crecerá en la medida en que aumente la demanda, especialmente ahora con la ley de Gases Combustibles que le dará impulso al consumo de GLP en los sectores de generación de energía y de transporte terrestre y fluvial.
En ese sentido, para gozar de una relativa estabilización de precios, Viola recomienda tener un mercado abierto a la competencia, el mayor número de jugadores posibles y, sobre todo, contar con una robusta infraestructura de importación y logística de distribución, pues en la medida que se puedan traer buques más grandes, los precios serán más favorables.
Perspectivas a corto y mediano plazo
Aunque hoy, debido a los bajos inventarios de los Estados Unidos, los precios internacionales del GLP están altos, rondando un dólar el galón de propano en el Golfo de México, Viola espera que bajen las cotizaciones por la mayor actividad en refinación a consecuencia del aumento de la producción de la OPEP+ en 400 mil barriles diarios a partir de agosto.
En el mediano plazo, la analista señala que los precios tenderán a la baja debido principalmente a la transición energética en que está empeñado el mundo, aunque esta se dará a ritmos diferentes en cada país.
“La demanda global de GLP seguirá creciendo y alcanzará su punto máximo en 2030, cuando comenzará a decaer por la transición energética”, concluye Viola.