Otra de las consecuencias de la pandemia de la Covid-19 es que devolvió a la pobreza a cerca de 80 millones de personas en América Latina; eso hizo retroceder parte de lo que se había avanzado en materia energética en la región.
De acuerdo con Diego Ciufici Alves, director Ejecutivo de la Asociación Iberoamericana de Gas Licuado del Petróleo (AIGLP), aún no se sabe cuántas personas regresaron al uso de leña, querosene, alcohol y otros combustibles contaminantes y perjudiciales para la salud en América Latina, pero indudablemente hay un retroceso en la pobreza energética, expresada en la dificultad para tener acceso a energías limpias y eficientes.
“Superar ese estado o llegar a los niveles prepandemia es otro de los retos de los países de la región en la actualidad”, sostuvo Ciufici durante el primer Summit Internacional de GLP, que realiza en Cartagena la Asociación Gremial Colombiana de Comercializadores de Gas Licuado del Petróleo (Agremgas).
Aunque Ciufici dice que la AIGLP propende porque los energéticos compitan en el libre mercado en igualdad de condiciones, la mayoría de países de la región aplica algún grado de subsidios, pero estos se deben enfocarse en la población más vulnerable, para evitar que regresen a energéticos más contaminantes.
“Con el uso del GLP se ataca la deforestación y se reducen gastos en salud pública. Luego la asignación de subsidios es muy eficiente si se utiliza la tecnología disponible, la cual permite su distribución a través de tarjetas electrónicas o aplicaciones de teléfono, para que sean focalizados y lleguen a quien realmente lo necesita”, dice Ciufici.
Recordemos que en Colombia, el GLP es utilizado por 12 millones de personas en 1.050 municipios, pero aún hay 1,6 millones de familias que cocinan con leña.
Y es que los subsidios son necesarios, pues luego de la pandemia sobrevinieron además los bajos niveles de inventario de GLP en los Estados Unidos, la alta demanda de Asia (especialmente de China e India) y luego la invasión de Rusia a Ucrania, lo que presionó los precios internacionales al alza del energético a nivel global.
No obstante las altas cotizaciones, Ciufici dice que el GLP sigue siendo competitivo frente otros combustibles líquidos de origen fósil, como la gasolina y el ACPM principalmente, lo que lo hace atractivo en el uso residencial, para generación de energía en zonas remotas y en el uso automotor (NautiGLP y AutoGLP).
El tema es sensible en América Latina, donde cerca del 70% de la población utiliza el GLP en el uso residencial.
Además, en la Transición Energética, el GLP tiene amplio espacio para crecer en la región en sectores como el agro, la industria y el Autogas. En este último uso, México y Perú ya gozan de un buen recorrido y ahora Colombia y Argentina comienzan a incursionar. En Brasil, por su parte, el uso vehicular está prohibido, pues está más extendidos los usos de motores a alcohol y a gas natural.
“Las oportunidades del GLP en la región, además de los grandes usos, están en la transición energética residencial, pues ir del consumo de leña a fuentes alternativas como la solar o la eólica pasa por el GLP en el intermedio. Ahí el energético tiene un rol fundamental en Latinoamérica en la transición, por los bajos niveles de contaminantes, además ya se empieza a desarrollar el bioGLP, que es totalmente limpio”, concluye Ciufici.
Fuente: https://guiadelgas.com/glp/aiglp-superar-la-pobreza-energetica-otro-reto-para-latinoamerica/