Así como el GLP se hizo fuerte en los procesos de producción avícola o en el secado de granos, todavía falta tener mayor presencia en un sector que todavía de manera mayoritaria sigue utilizando en sus hornos la leña, como hace más de un siglo. Hablamos de la yerba mate, una de las tradicionales infusiones de la Argentina.

Sin embargo, de a poco el GLP aparece en las empresas o cooperativas que destinan parte de su producción a la exportación.

Después de la cosecha y antes de estar envasada, la yerba mate pasa por dos procesos que se hacen en hornos: el secado y sapecado, que le da la terminación al producto cuando está listo para consumirlo.

La cuenca de producción de la Argentina se concentra en la provincia de Misiones y en el nordeste de Corrientes. Y según el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), hay registrados 228 establecimientos que operan como secaderos. De esta cuenca, salen para el consumo del mercado interno unos 277 millones, mientras que se exportan otros 40 millones de kilos.

Toda esta producción, sale a través de hornos rotativos (que alcanzan temperaturas de 120 grados) que se alimentan con leña o el “chipeado” de maderas diversas, en la gran mayoría.

Desde que, en 2019, la INYM logró Convenio de Cooperación que incluyó el establecimiento yerbatero Hreñuk SA (marca Rosamonte) y la empresa YPF Gas con “el objetivo de evaluar el rendimiento del gas licuado de petróleo (GLP) como combustible para generar calor en el proceso de secado y sapecado”, un pequeño cambio hubo.

Hugo Binder, presidente de Cadegas y miembro de la fraccionadora misionera Miscoopgas, señaló en diálogo con revista Expansión que «desde hace 4 o 5 años el consumo del GLP se hizo presente en algunos establecimientos secaderos tanto de yerba mate como de té, porque algunas empresas empezaron a exportar a Europa o los Estados Unidos, y las exigencias medioambientales de esos mercados obligan que el proveedor de la Argentina tenga que utilizar gas y no leña, por ejemplo». Y agregó: «recientemente nosotros ya es en el sexto secadero que colocamos tanques de propano, y en el caso de una empresa en particular es porque tiene mucha exportación a Europa y vino a buscar nuestra provisión, impulsado por esa exigencia de afuera».

El dirigente cooperativista, a su vez preciso que aquellos que todavía no exportan y vuelcan su producción en el mercado interno “hacen una evaluación de costo, y todavía siguen optando o por la leña o por el chip de madera”. El chip de madera es el descarte de los grandes aserraderos en el momento de la producción industrial de maderas. Como se observa, hay mucho por crecer, pero la competencia de la madera sigue siendo fuerte, por tradición o costo.

Entonces, tanto de las empresas proveedoras del GLP, como el INYM o los propios productores apuestan a la innovación con métodos más amigables y eficientes para deshidratar la hoja de yerba mate y el té.

Fuente: AmericaGLP