El GLP es el combustible que se podría adoptar más fácilmente para sustituir la cocción con leña y otros materiales contaminantes que actualmente utilizan 1,6 millones de familias en Colombia. No obstante, en el Plan Nacional de Desarrollo no se contemplan acciones en este sentido.
De acuerdo con el Plan Nacional de Sustitución de Leña, realizado por la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME) a finales de 2022, el 75 por ciento de las un millón 600 mil familias que aún cocinan con leña u otros materiales contaminantes en Colombia podrían fácilmente pasarse al gas licuado del petróleo (GLP).
No obstante, ni en el Ministerio de Minas y Energía ni en el Plan Nacional de Desarrollo se contemplan acciones en ese sentido.
Así lo presentó Alejandro Martínez, presidente de la Asociación Colombianas del GLP (Gasnova) al anunciar las propuestas del gremio para acelerar la sustitución de combustibles contaminantes en la cocción de alimentos.
Efectivamente, por su economía, alto poder calorífico, bajas emisiones de CO2 y la facilidad de llegar a los sitios más remotos del país, el GLP se presenta como el combustible más costo eficiente en la lucha contra el uso de leña, que actualmente utilizan cerca de cinco millones de personas en Colombia.
A las ya viejas propuestas de actualizar las tarifas de los subsidios del GLP para los estratos 1 y 2, la ampliación del beneficio a más departamentos de los actuales seis (archipiélago de San Andrés, Nariño, Caquetá, Putumayo, Amazonas y parte del Cauca), Gasnova propone que Ecopetrol asegure la producción con destino al consumo nacional, que se desligue el precio interno del precio internacional (actualmente está atado a la paridad exportación) y que se termine con el monopolio en la distribución de gas natural por redes, para que el GLP pueda competir también en ese servicio.
En la actualidad, el 66,8 de las familias colombianas utilizan gas natural para la cocción de alimentos, 21 % GLP, y el 2,3% electricidad. Para las 1,6 millones de familias que aún cocinan con leña, la UPME analizó el potencial de energéticos alternativos por departamento y determinó cuáles serían los de mayor adopción.
En el caso del GLP, los departamentos que tienen una muy alta viabilidad de adopción son Caldas, Cundinamarca, Huila, Risaralda, Sucre y Tolima, donde el valor de los subsidios sería de 70 mil millones de pesos anuales, para beneficiar a más de un millón 200 mil personas.
Los departamentos con alta viabilidad son Boyacá, Cesar, Norte de Santander, Santander y Valle del Cauca, con un monto de subsidios estimado en 83 mil millones de pesos anuales, que beneficiarían a cerca de 1,5 millones de personas.
Actualmente, el monto de los subsidios para los seis departamentos beneficiados es de $60 mil millones. Según el estudio de la UPME, la cobertura de subsidios para el 75% de familias que cocinan con leña costaría $400.000 millones al año, por lo que Gasnova propone que el programa de sustitución se realice por etapas para no impactar el presupuesto nacional.
Frente al gas natural, la electricidad y el biogás, el GLP es el combustible para cocción que tiene más ventajas, según el estudio de la UPME.
Entre los criterios que tuvo en cuenta la entidad están: la existencia de plantas de abastecimiento y distribuidores en los departamentos, la disponibilidad de vías de acceso, la densidad de los hogares y la cobertura de gas combustible en zonas rurales.
Finalmente, Martínez señaló que si el país se embarca en un programa de sustitución de leña al 2050, se evitaría la tala de 3.200 hectáreas de bosque al año, la reducción de 37,4 millones de toneladas de CO2 equivalentes, y se evitaría que anualmente se enfermen 341.000 niños menores de cinco años y 453.000 mujeres adultas por el uso de leña para cocción, con un costo anual para el sistema de salud de 164.000 millones de pesos al año.